Las páginas de los diarios de contenido internacional y de aquellos que dedican una que otras cuartillas para presentar un resumen comprimido de los temas más relevantes a nivel mundial, han variado un poco la parrilla informativa en los últimos días, que estuvo matizada de la propaganda de triunfalismo de los Estados Unidos sobre la muerte del hombre que marcó un antes y un después en la historia moderna de la tierra del tío Sam, el terrorista Osama Bin Laden. Seguir leyendo... De un tiempo hacia acá, a un segundo plano pasaron las filtraciones y escandalosas revelaciones de los más de cinco mil documentos diplomáticos confidenciales de las embajadas estadounidenses a cargo del australiano Julian Assange.
La prensa amarillista y rosa convirtieron en fiambre la pomposa boda real entre el príncipe Guillermo y Kate Middleton, hoy duques de Cambridge.
Poco se habla de las discrepancias sobre las radiaciones en la central nuclear de Fukushima y hasta de los dolorosos bombardeos bélicos a cargo de la OTAN en Libia que a diario generan decenas de muertos y heridos en la población civil inocente, compuesta en su mayoría por niños, jóvenes y mujeres, tan sólo por una intromisión de Francia, Inglaterra, EE.UU. y las fuerzas aliadas a estos países en un Estado soberano.
Oriente Próximo se mantiene discretamente en la palestra pública, primero, por las prolongadas y justas manifestaciones antigubernamentales en Yemen en contra del régimen de Alí Abdulá Salé, quien después de Kadaffi, ha sido el mandatario de un país árabe que ha permanecido más tiempo en el poder, unos 32 años, y es que su oprimido pueblo se ha cansado de tanta concentración de poder, exige cambio y un gobierno más democrático; segundo, por la negación de Netanyahu a aceptar “el plan de paz” en Medio Oriente propuesto por Obama.
Y es que la detención, excarcelación en la ciudad de Nueva York y posterior renuncia del político francés de ideología socialdemócrata al cargo de director gerente del Fondo Monetario Internacional, Dominique Strauss-Kahn, quien fuera hasta hace poco uno de los hombres más importantes del mundo financiero, copó la prensa y la opinión de los analistas y comentaristas en todo el globo terráqueo.
Mientras tanto, el organismo responsable de evitar las crisis monetarias en sus países miembros y de alentarlos para que adopten medidas de políticas económicas sigue siendo noticia de primera por los aspirantes y potenciales candidatos al puesto vacante.
El tema hasta ha sido tocado en el seno de la Cumbre del G8 en Deauville. Los franceses se aferran al cargo y las potencias más industrializadas y poderosas del mundo ponderan las cualidades de la ministra parisina de economía y empleo Cristhine Lagarde. Las naciones emergentes salen al frente y piden equidad.
Ahora sólo queda esperar quien será el sucesor o sucesora de Strauss en el FMI, como se desarrolla su confuso proceso judicial que ha sido una salvaguarda y un golpe de suerte para Sarkozy y que traerá en las próximas horas, quizás minutos o días el barco informativo.
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