sábado, 17 de abril de 2010

¿Periodistas o justicieros?

Por Ruben Amón
Corresponsal de El Mundo en París.

Los reporteros se hacían pasar por una niña de 12 años en la red y atraían a los depredadores.

¿Debe un periodista entregar a la policía los pederastas que han confesado confidencialmente? La cuestión sacude a la opinión francesa después de haberse estrenado en la televisión pública un reportaje de cámara oculta sobre la pedofilia. Seguir leyendo...


Los reporteros se hacían pasar por una niña de 12 años en la red y atraían a los depredadores. Era bastante sencillo fijar una cita.
También sorprendía la frialdad de los pederastas cuando resultaban desenmascarados por los periodistas. Hasta el extremo de que alguno reconocía su comportamiento incorregible y admitía que iba a delinquir a expensas de un menor.
Para evitarlo, los autores de “Infiltrados”, sobrenombre del programa realizado por la agencia Capa, decidieron señalar ante la policía la identidad de 22 pederastas “confesos”. Incluido un concejal del UMP (el partido gubernamental) que se había citado con la supuesta niña de 12 años para entablar una relación íntima en la estricta clandestinidad.
Pueden caerle dos años de cárcel en razón de semejante delito –“proposición sexual a una menor de 15 años”- aunque la actitud justiciera de “Inflitrados” ha provocado un extraordinario revuelo. El diario “Libération” dedicaba su portada al debate y lamentaba que los artífices del reportaje, presentado por David Pujadas, hubieran destapado a las fuentes, maltratado el deber del secreto y suplantado el papel que corresponde a la policía.
¿Acaso tenían otra alternativa? La agencia Capa era consciente de los riesgos en juego y de las connotaciones éticas, pero ha subordinado cualquier consigna deontológica a la evidencia e inminencia de un delito que iba a cometerse. Entre otras razones porque lo anunciaban y se jactaban de él varios de los pederastas entrevistados.
Sin olvidar que la ley francesa podría haber acusado de complicidad en el delito a los artífices de “Infiltrados”. Aún sabiendo que se cometería un grave crimen, antepondrían el secreto profesional. Igual que el sacerdote en el confesionario o el psiquiatra en el diván.
De haberse dejado tentar por el silencio, la pena alcanzaría hasta tres años de cárcel. Que es el lugar donde ahora podrían alojarse los 22 pederastas en cuanto un tribunal acredite su culpabilidad u observe con atención las confesiones de “Inflitrados”.

Permanece caliente el debate. Entre otros motivos porque el sindicato de periodistas (SNJ) recuerda a los autores del reportaje que se han convertido en auxiliares de policía y que se han valido de una anomalía ventajosa para localizar a los delincuentes. Se refiere a que han utilizado una cámara oculta y que han convertido el proyecto legítimo de un programa sobre la pederastia en la excusa de una cacería. Sin miedo a denunciar a sus propias fuentes.

martes, 13 de abril de 2010

Está motivando a muchos convertirse “periodista”

Muchas personas están incursionando en los medios de comunicación en calidad de “periodista” y “comunicadores”, motivados por otros “colegas” que con el tiempo vienen acumulando fortunas en el ejercicio, a pesar del mal salario que reciben los informadores en la República Dominicana.

Estos nuevos reporteros usan como herramienta fundamental e inseparable de trabajo la mentira y la difamación. Son voceros, ecos y títeres de influyentes sectores que apadrinan sus servicios con la finalidad de convertirlos en defensores de sus intereses aunque se incurran en injusticia. Seguir leyendo...

Estos pseudoperiodistas están por doquier: en la radio, televisión, periódico y hasta en blogs y páginas webs. Muchos presumen de ser honorables y de hablar con la verdad. Pretenden mofarse y envolver a la gente común.

De esta manera, muchos jóvenes se sienten motivados a estudiar comunicación social porque ven la carrera como escaparate para obtener bienestar económico.

Atrás ha quedado la idea de que el periodismo debe ser un oficio de honestidad y compromiso, de transformación social, de aportes y legados.

Comunicación permisiva

Por Emely Tueni

La gente que trabaja en medios de comunicación debe tener una gran dosis de sensibilidad humana, más caridad con el prójimo a la hora de hacer comentarios sucios que pueden afectar incluso psicológicamente a las personas que son destruidas verbalmente. Seguir leyendo...


Cuando un Gobierno se permite el lujo de que tomen los medios de comunicación como instrumento para insultar a personas conocidas en diversas áreas de nuestra sociedad, se hace reo de que esa misma situación degradante le salpique, y luego no cuente con los argumentos necesarios para frenar situaciones enojosas que finalmente dañan reputaciones.
La libertad de expresión no da derecho a tirar por el suelo la honra de nadie, ni acosar verbal y constantemente a personas públicas, en la mayoría de las veces de forma abusiva y ultrajante.
Es un error decir -o creer- que la falta de respeto en la radio y la televisión del país se producen solamente en un programa determinado, pues eso no es así.
La radio y la televisión se han convertido en medios llenos de ignominia, de maldad, donde el ultraje verbal es degradante para cualquier ser humano y debería ser inaceptable.
Nadie tiene derecho a sacar a la luz pública lo personal de nadie, incluso si se trata de una prostituta, un homosexual o lo que le venga en gana. La vida privada de cada quien es precisamente eso: privada.
Si una figura pública comete un acto delictivo o está involucrada en un gran escándalo, lógicamente los medios de comunicación deben informarlo, pero nunca con odio, con saña hacia la persona que está señalada como autora de actos fuera de la ley.
La gente que trabaja en medios de comunicación debe tener una gran dosis de sensibilidad humana, más caridad con el prójimo a la hora de hacer comentarios sucios que pueden afectar incluso psicológicamente a las personas que son destruidas verbalmente.

Son muchos los programas radiales y televisados que usan palabrotas y que se dedican simplemente a la labor de francotiradores de toda persona que se destaque.

miércoles, 7 de abril de 2010

Están cobrando un salario con el pago de nuestros impuestos por hacer nada

La vulgaridad ha arropado a nuestros medios de comunicación con el empleo de un lenguaje desenfrenado por parte de quienes están llamados a orientar a la población. La institución que debe sancionar a los irresponsables que día a día agreden a nuestras familias con sus malas palabras se encuentra en un completo limbo y de brazos cruzados. Seguir leyendo...


Se supone que la Comisión Nacional de Espectáculos Públicos y Radiofonía tiene que ser un vigilante permanente del contenido y lenguaje que se difunde por cualquier medio de comunicación de la República Dominicana, pero la verdad es que nadie sabe a qué se están dedicando los miembros de esta inoperante entidad, que sólo aporta a abultar la nómina nacional, ya que sólo su presidente, Oquendo Medina, se embolsilla mensualmente la suma de RD$60,080.80.

Pudiéramos pensar que las personas que conforman la CNEPR están cobrando un salario sin hacer nada.

Existe un reglamento que ordena a quienes presiden este organismo, a rendir un informe trimestral de todo cuanto allí se ejecuta. Nunca nadie ha informado algo al respecto. La población desconoce las operaciones llevadas a cabo por la Comisión Nacional de Espectáculos Públicos y Radiofonía. Mientras tanto, nuestros niños continúan escuchando, a través de la radio, lo que no deben, y viendo en televisión, imágenes censurables.

martes, 6 de abril de 2010

En República Dominicana no se ejerce el periodismo con libertad

No es cierto que exista la libertad plena de expresión en la República Dominicana. No es verdad que el país esté muy avanzado en ese sentido. De que hoy día se asesinen y desaparezcan menos periodistas, eso sí, pero todavía permanecen influyentes sectores camuflados de "tolerantes" que de una manera u otra buscan censurar los trabajos periodísticos que les afectan. Seguir leyendo...


De esta manera se irrespeta y burla el ejercicio periodístico y al periodista en sí, que es tratado como un obrero metalúrgico del siglo XVIII por muchos políticos de todos los partidos, religiosos, militares y empresarios, que viven pregonando a los cuatros vientos que respetan toda corriente de pensamiento, que apoyan la libertad de expresión y que felicitan al periodista en su día. ¡Esto es una vil mentira!.

Desde que el comunicador aborda un tema espinoso que toca sus intereses, instantáneamente el periodista gana un enemigo o corre el peligro de perder su empleo. Así de simple, sin importar su honestidad y trayectoria.
A veces se recibe la llamada de un "coleguita" que se gana unos pesitos en una institución ejerciendo de relacionista, quien trata de censurarte un tema que afecta a sus patronos. Es decir, a veces, nosotros mismos, los periodistas, nos desconsideramos.

Páginas sociales de periódicos dominicanos son racistas, discriminatorias y clasistas

La mayoría de las y los periodistas que cubre las páginas de las sociales de los diarios dominicanos, tienen varias pautas que no pueden dejar de cumplir “por instrucciones superiores”, si es que quieren que sus reportajes y notas informativas sean difundidas.

Entre esas “líneas y rayas” están: no fotografiar personas de tez muy oscura con aspecto de“chopa”, mujeres con el cabello trenzado y uñas muy largas, gente con vasos plásticos, mal vestida, desclasadas, sin brillo ni porte. Seguir leyendo...

Las sociales tienen sus excepciones, obviamente, siempre y cuando estemos hablando de algún personaje extranjero, o criollo sin clase, que tenga dinero o que su superación y lucha constante lo convirtiera en algún fenómeno de popularidad, como Sammy Sosa, por ejemplo, que no pasa desapercibido por el lente fotográfico.


Estas instrucciones convierten a las páginas de las sociales de los diarios dominicanos, y a las revistas de este tipo, en discriminatorias y espacios grises. Pudiéramos pensar que estos proyectos están siendo dirigidos por mediocres sin alma ni corazón, gente que busca hacer creer que los sectores burgueses son los que predominan en el país.

Es importante recordarle a los editores de las sociales que la clase no se compra con dinero, que dinero no es sinónimo de clase, que la gente no se juzga por el color de su piel y apariencia, que vivimos en un país de mulatos y que somos una mezcla de etnias, y que esta acción discriminatoria es asqueante y avergonzante.

Nueva generación de jóvenes, con mayor compromiso social

Una nueva generación de jóvenes rebeldes, en su mayoría de clase media, se ha levantado y salido al frente para asumir posturas comprometidas en defensa de los mejores intereses del país, demostrando de esta manera que no todo en nosotros está perdido y que somos capaces de lanzarnos a las calles a protestar, para que nuestros derechos y deberes no sigan siendo arrebatados por sectores oligárquicos que actuan indebidamente en complicidad y apoyados de quienes nos gobiernan. Seguir leyendo...


Las protestas realizadas en contra de la instalación de una cementera próximo al Parque Nacional Los Haitises, y la caminata que se realiza desde Santo Domingo a Cotuí en protesta por la Barrick Gold, son dos ejemplos de que las nuevas generaciones hemos decidido empoderarnos, a nuestra manera y en armonía con el ritmo de vida de hoy día, sin perder nuestra esencia y sin violentar las leyes.

Sólo el país se beneficia de la aportación voluntaria y las exigencias éticas que hacen nuestros jóvenes para lograr un mundo justo y una sociedad libre, armoniosa y de sana convivencia.