sábado, 15 de agosto de 2009

No todo el que se hace llamar “librepensador” realmente lo es

El término “librepensador” tiene un significado muy profundo y no le cabe a todo el mundo. Es un mote que no cualquiera puede adjudicarse. Es para ser llevado por verdaderos hombres con braguetas de esas que no se rompen por tonterías y para mujeres con faldas, y no todo tipo de faldas.

Un librepensador acepta sugerencias pero rechaza todo dogmatismo.
Un librepensador confía en la razón para distinguir lo verdadero de lo falso.
Un libre pensador no hiere ni destruye a sus iguales de manera injusta por puras instrucciones.
Un librepensador expresa sus ideas con firmeza y las mantiene hasta el final de sus días, aun sin importar el sector que perjudique aunque pertenezca a él.
Un librepensador es dueño de sus propias decisiones.
Un librepensador jamás secundaría ideas ni actuaría por simple cumplido.
Un librepensador expresa sólo lo que cree y habla sobre una base muy firme. Ese título no es para cualquier pelele.
El círculo de librepensadores es muy exclusivo y no todos cumplimos con los requisitos para pertenecer a él. Si usted se hace llamar “librepensador”, piense muy bien como actúa. Verifique si hay coherencia, relación y armonía entre lo que dice y hace. Si no hay... mejor cállese!.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuanto carácter mujer. Hablaste por un año.

Keseyoke dijo...

Cunado presioné para dejar el comentario venía pensando lo que dice el comentario anonimo.

Saludos María Cristina.