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Se ha perdido el respeto por los símbolos patrios, en cualquier esquina puede verse una bandera tricolor tirada en el piso, poca gente se pone de pie al escuchar el canto de honor y gloria al pueblo quisqueyano, en algunas escuelas ya no se cantan las notas gloriosas del himno nacional, sólo se iza la bandera. La mayoría de jóvenes y niños quieren parecer gringos y europeos con sus estrafalarias vestimentas, espanglish y preferencia hacia lo foráneo. Se a

El orgullo de ser dominicano no debe desaparecer de nuestras entrañas. ¡Eso seria un gran peligro!. Mucha sangre que se derramó para que hoy tuviéramos nacionalidad, identidad propia y seamos un país libre e independiente. Recuperemos los valores perdidos. Si en un futuro lejano debemos batallar contra otra nación ¿aparecerá un Juan Pablo Duarte entre las nuevas generaciones de jóvenes?. Inculquemos el amor a nuestros hijos, amigos, vecinos, primos, sobrinos sobre nuestros verdaderos valores, cultura e historia, para que no se pierda la esencia de la dominicanidad.
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