
A pesar de que esta técnica supone ser una garantía de los créditos, ciertos bárbaros tienen el “tupé y la cachaza” de modificar las fotos y cortarle la parte de los créditos y reproducirlas en sus espacios televisivos y sitios de internet para adjudicarse los derechos. Esta fea acción los empequeñece y más que ganar admiración y respeto, pierden credibilidad y juegan al que menos creatividad y producción tiene. Además, se convierten en ladrones, así es, en ladrones.
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