Difiero de la opinión de Jary Ramírez sobre la incitación al consumo de drogas a través de canciones

Con todo el respeto que nos merece el cronista de arte Jary Ramírez, mi compueblano, debo expresar a través de este medio, que difiero sobre el comentario que emitió en uno de los espacios televisivos en que participa, donde invitó a la Dirección Nacional de Control de Drogas, DNCD, a dedicarse a otros asuntos, en vez de estar prohibiendo canciones, porque según él, no es cierto que los temas musicales influyan en el comportamiento de la gente ni en su decisión de consumir drogas.
Ello a raiz de la censura en la radio por parte de ese organismo del tema musical “tengo un bajo a yerba” que intepreta el rapero conocido con El Lápiz.
Según estudios realizados por expertos en la conducta humana, el principal factor en el incremento del uso de drogas es la incitación al consumo hecha a través de diferentes medios incluyendo las letras de ciertos ritmos musicales, películas o la forma personal o directa.
Si los jingles, canciones y anuncios no incidiera en el consumo de la gente, entonces la grandes marcas no se publicitaran.
La incitación y la publicidad tienen un impacto en el comportamiento de la sociedad y por ello el Estado está en la obligación de vigilarlas para que los mensajes no sean nocivos.