miércoles, 14 de enero de 2009

Los deseos del rey Alejandro Magno para su funeral

Cuenta la leyenda que el rey Alejandro Magno antes de morir pidió tres deseos:

1 - Que su ataúd fuese llevado en hombros y transportado por los mejores médicos de la época.

2 - Que los tesoros que había conquistado (plata, oro, piedras preciosas), fueran esparcidos por el camino hasta su tumba.

3 - Que sus manos quedaran balanceándose en el aire, fuera del ataúd, y a la vista de todos.

Uno de sus generales, asombrado por tan insólitos deseos, le preguntó a Alejandro cuáles eran sus razones. Alejandro le explicó: 1 - Quiero que los más eminentes médicos carguen mi ataúd para así mostrar que ellos NO tienen, ante la muerte, el poder de curar. 2 - Quiero que el suelo sea cubierto por mis tesoros para que todos puedan ver que los bienes materiales aquí conquistados, aquí permanecen. 3 - Quiero que mis manos se balanceen al viento, para que las personas puedan ver que vinimos con las manos vacías, y con las manos vacías partimos, cuando se nos termina el más valioso tesoro que es el tiempo.
Agregó "el tiempo es el tesoro más valioso que tenemos porque es limitado. Podemos producir más dinero, pero no más tiempo. Al morir nada material te llevas, te llevarás las buenas acciones que supiste realizar. Cuando le dedicamos tiempo a una persona, le estamos entregando una porción de nuestra vida . El mejor regalo que le puedes dar a alguien es tu tiempo".

2 comentarios:

Mel C. dijo...

Excelente! muy cierto lo que dijo me gustó y espero que algunos lectores y bloggeros se den cuenta de eso. Ya habia escuchado del multimillonario Donald Trump acerca de lo valioso que es el tiempo, pero el parece que se va a llevar todo lo que tiene. Yo me llevaré lo mucho que he disfrutado.♪♫♪ Saludos desde La Gran Manzana. Att, Mel

Anónimo dijo...

La perspectiva de Alejandro Magno, es reconocerle valor a lo intangible o sea a la naturaleza espiritual del hombre y es lo que realmente trasciende y sobrevive a lo materialmente humano. Por lo tanto recordemos que nuestra naturaleza subjetiva es el origen de todo el quehacer humano y por ende cultivemos esta área, para de esta forma evolucionar verdaderamente.