Algunos comunicadores y periodistas incurren en el error de intercambiar su credibilidad por dinero, algo que pagarán muy caro mientras vida profesional ejerzan. Destruyen familias, personajes y nombres de manera injusta. Son individuos deshonestos y mentirosos.
Por aplicar la vil práctica, el respeto perdieron, elemento que ni con la mayor cantidad de valiosas monedas recuperarán.
Los ciudadanos no son tontos y tienen claramente identificados a esos pseudoperiodistas, que por más coba que se dan, tratando de hacerles creer a la gente que son personas creibles, olvidan que en este país todo el mundo sabe de que pie cojea el vecino.
Los ciudadanos no son tontos y tienen claramente identificados a esos pseudoperiodistas, que por más coba que se dan, tratando de hacerles creer a la gente que son personas creibles, olvidan que en este país todo el mundo sabe de que pie cojea el vecino.
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